Madres de día
El movimiento de “hogares de madre de día” surgió en Europa del Norte en torno a los años 70 del siglo pasado. Consiste en la atención y educación de los niños en sus primeros años de vida en el propio hogar de una profesional de la educación, limitándose el servicio a un reducido número de niños, 4 ó 5. En la actualidad, es una actividad ampliamente extendida en prácticamente todos los países de la Unión Europea. Se encuentra perfectamente regulada, apoyada, inspeccionada y financiada por las instituciones competentes de los diferentes países europeos, principalmente en Francia, Alemania y Reino Unido, siendo este último el que acoge a un 80% de los niñas y niños desde esta opción educativa.
En España, sin embargo, no está tan extendida, aunque se ha regulado la actividad en dos comunidades autónomas como Navarra y Madrid.
En sí, el hogar, tan desvirtuado en la actualidad, es un ambiente lo suficientemente rico y sofisticado en posibilidades de autodescubrimiento para el niño/a. En realidad, es esa combinación de ambiente seguro, amoroso y protector junto con la libertad adecuada a cada etapa, lo que va a permitir que el niño/a complete estos años pilares de su vida con un sentimiento de autoestima y de bienestar. Algo básico para querer progresar en su desarrollo. El niño evoluciona porque se siente querido y apoyado en sus propias “aventuras”, en los nuevos retos.
«Las madres de día trabajamos con aquello que no se ve, lo más sutil, esto es, nuestra
disposición ante el acontecer diario, siempre atenta, siempre flexible, tierna, veraz. Un abrazo
que arropa pero no asfixia la voluntad del niño; una voz que alienta pero no exige; una mirada
llena de asombro y complicidad; un tiempo sin tiempo, un espacio que permite, sin
intenciones, con total confianza: un verdadero hogar». (RED NACIONAL DE MADRES DE DÍA)